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EUSEBIO CALONGE


sábado, 6 de octubre de 2012

SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS





Dario Fo es un gigante del teatro contemporáneo. Autor y actor que bebe en las fuentes de la juglaría medieval, se ha destacado como uno de los dramaturgos más importantes de la historia y como uno de los más incómodos para el poder: paradigmáticas son sus proclamas contra la mafia, la Iglesia Católica, el poder político y la gran empresa italiana (sus obras eran constantemente censuradas en la televisión italiana de los años 60), que casi al unísono mostraron su malestar cuando en 1997 le fue concedido por la Academia Sueca el Premio Nobel de Literatura.

Obras suyas como Muerte accidental de un anarquista (1970), Aquí no paga nadie (1974) o Misterio Bufo (1998) se encuentran entre las obras cumbres del teatro de todos los tiempos. En SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS, Dario Fo bebe directamente en las fuentes poéticas de la Italia medieval y, como un cántico a los juglares y a su libertad creadora, exalta la figura del santo más representativo de la humanidad evangélica. Magníficamente traducida al español por Carla Matteini, Rafael Álvarez “El Brujo” rinde con esta obra un homenaje a Dario Fo, a quien considera su maestro como actor y creador y de quien aprendió ese amor por las grandes figuras clásicas, que son imperecederas por retratar la vida sin importar el paso de los años.

Sobre esta obra, que marca una de las cumbres interpretativas de “El Brujo”, dice el propio Rafael Álvarez:

Cada vez creo más que no existe la casualidad en esta vida. Sé que con este nombre a veces encubrimos algo que nosotros mismos sabemos que encierra un significado importante, pero extraño y nunca del todo descifrado. ¿Por qué razón yo acabé dedicándome al teatro si estudié Derecho y trabajé en tantas cosas diferentes antes de hacerlo? Dario Fo fue uno de los autores de mis primeros años; Tenía dos pistolas de ojos blancos y negros y Aquí no pasa nadie fueron obras en las que me formé como actor en aquellos primeros años. Esto es sin duda una “casualidad”, ya que viéndole actuar a él solo en el escenario descubrí lo que yo mismo quería hacer en el teatro: autosuficiencia. Poder ser el actor y la obra al mismo tiempo. ¡Ser un juglar! A él le oí utilizar esta palabra por primera vez con un significado especial y nuevo para mí.

Ahora el juglar de Europa se fascina con San Francisco de Asís, el juglar de Dios y como Oscar Wilde y tantos poetas benditos y malditos, se conmueve con la belleza y la magia de la película de Rosellini sobre él; se pone a investigar y escribe un monólogo fabuloso. Y a mí –juglar de España (al menos uno de ellos)– me toca representarlo por estos caminos que tan trillados tengo con los monólogos y los textos clásicos.

Pero esto es diferente. Este texto es un regalo de la Providencia como diría el Poverello de Asís, porque la verdad, está lleno de belleza, de ingenuidad y de candor pero con el punto inteligente y ¿pícaro? que sobre su figura aporta la investigación de Dario Fo.

En este momento una ráfaga de luz renacentista ilumina mi vida. Me encomiendo al Santo y también, ¿cómo no?, a Dario Fo. Los gallegos dicen “Dios es bueno y el diablo non es malo”.

Tan bien lo sabía el Santo que cuando lo apalearon los diablos por dormir varios días en casa de un cardenal, dijo que aquellos obraban por delegación del divino para poder impedir que él se acomodara y dejara el estrecho camino que se le había encomendado. Espero que algo de su fe en el poder redentor del AMOR y la BELLEZA nos toque a nosotros y a ustedes, el respetable público. ¡Verán que impresionante es esto!

Realmente el espectáculo es impresionante. Tras su estreno, Eduardo Haro Tecglen escribió en El País que “el espectáculo rebosa inteligencia.” Julio Castro, escribía por su parte en La República Cultural, que se trata de una “obra muy recomendable, especialmente para los seguidores de Darío Fo, pero también para pasar un rato divertido e interesante.” Y el crítico José Ramón Díaz Sande ha dicho del SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS que “La interpretación de Rafael Álvarez, El Brujo es, como en otras ocasiones, magistral y humana. Está muy lejos de ser un texto recitado al estar interrumpido, inteligentemente, por apostillas, anécdotas y alusiones actuales o cierta interacción con el público.”

(SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS se representará esta noche, a las 21:30 horas, en el Teatro Ideal Cinema)

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