Los Cerros del Teatro me llevan a Úbeda.

Los Cerros del Teatro te llevan a Úbeda.
Los Cerros del Teatro nos llevan a Úbeda.

EUSEBIO CALONGE


miércoles, 31 de octubre de 2012

OCIO ALTERNATIVO, BARATO Y SIN GARRAFÓN





Se habla mucho del “ocio alternativo” para los jóvenes, que consiste en ofrecerles eventos que suplan el consabido “botellón”. Durante este puente y durante el fin de semana que viene, la Muestra de Teatro de Otoño se convierte en una excusa perfecta para que los jóvenes de Úbeda puedan disfrutar de un “ocio alternativo” de calidad y a buen precio. Las obras de los días 2, 3 y 9 de noviembre (y, por supuesto, la de Yllana del 11 de noviembre, que es para todos los públicos) son una excusa perfecta para que nuestros jóvenes entiendan que hay una manera magnífica de reírse y de emocionarse y que esa manera se llama “teatro”. Ciertamente todos los espectáculos de la XVIII Edición de la Muestra de Teatro han podido servir para divertir y emocionar a los jóvenes, porque los jóvenes no son "tontos" a los que hay que servirles cosas especiales y de poca calidad; pero casi sin quererlo, la recta final de esta Edición se ha convertido en una especie de espacio joven, con obras que sin más intención parecen especialmente apropiadas para los intereses y los gustos de los jóvenes.

Así, LLORAR POR LLORAR (viernes 2 de noviembre) o ACTION MAN (viernes 11 de noviembre) son obras de humor en las que la carcajada está garantizada. Teatro fresco, sin imposturas, desenfadado, hecho para todos los aficionados pero construido desde una visión rupturista que lo acerca especialmente a los gustos de los jóvenes de hoy. Y EL INVIERNO BAJO LA MESA (sábado 3 de noviembre) ofrece una oportunidad que no debería ser desaprovechada por los padres y por los profesores para invitar a los jóvenes a que, con una obra dinámica, se acerquen a un grande de la literatura europea del siglo XX (Roland Topor) y a algo tan cotidiano como la inmigración y los dramas personales que esconde. Y lo mejor es que a cada una de estas obras los jóvenes pueden asistir, gracias al descuento previsto para nacidos del 1 de enero de 1986 en adelante, por el precio de 3 euros, menos de lo que valen dos cañas o una copa en cualquier garito. ¿Hay algo que permita divertirse por menos de tres euros y con la garantía de que no es ocio de garrafón? ¿Desaprovecharemos esta oportunidad para seguir luego quejándonos de que no hay “ocio alternativo” para los jóvenes?

martes, 30 de octubre de 2012

LLORAR POR LLORAR





LLORAR POR LLORAR no es una elegía del pesimismo que nos corroe, sino una ventana abierta a todo lo contrario, no es una oportunidad para regodearnos en las miserias de la crisis sino un brindis para pensar que vendrán tiempos mejores. Y todo gracias a “Radio Misterio”, la radio que te mete el misterio en las venas y transporta a tu mente a donde nunca habías estado.

El más enigmático de los programas de relatos cumple quince años y para celebrarlo presenta un programa especial con la colaboración de una invitada boooooooooomba. ¡La Señorita Flecha!, que nos presentará su relato “Soy yo nara”, un relato enigmático, a la par que prismático.

¿Lograrán los radioyentes resolver los tejemanejes más intrigantes y engañosos? O lo que es más improbable, ¿lograrán saber quien es la Señorita Flecha en realidad y si hay o no pastel a resolver?

Después de quince años juntos encima del escenario, Cristina Medina (popularísima por su participación en la serie La que se avecina) y Joan Estrader presentan un nuevo espectáculo de humor absurdo con su peculiar estilo, marca de la casa. En este su último montaje esta sólida pareja de actores (que acumulan multitud de premios nacionales e internacionales) demuestra que sabe trabajar como pocos el humor absurdo con absoluta finura, elegancia, provocando la risa del espectador durante toda la función. (De eso puede dar buena fe el puñado de fieles que PEZ EN RAYA tiene en Úbeda.) Nos encontramos, en definitiva, ante un show destinado a un amplio espectro de espectadores que buscan disfrutar de un humor sorprendente, muy asequible y de alta calidad. Todo ello viene avalado por los públicos, una vez más rendidos ante el humor de PEZ EN RAYA, y por los críticos, que han elogiado LLORAR POR LLORAR. Rosa Jiménez, de El Mundo, ha dicho que “La compañía ha sabido conjugar el misterio con el humor absurdo teniendo como resultado un buen producto”. El Diario de Mallorca, por su parte, señaló que “Llorar por llorar arranca las carcajadas del público, que es de lo que se trata” y en la Revista de Ocio y Cultura de Canarias lo han calificado como un “Un espectáculo dirigido 100% a toda esa gente que quiere pasar un buen rato y olvidarse de todo durante 70 minutos”.

(LLORAR POR LLORAR, de la Compañía Pez en Raya, se representará en el Teatro Ideal Cinema el próximo viernes 2 de noviembre, a las 21:00 horas)

miércoles, 24 de octubre de 2012

100 m²





A Sara siempre le gustó este barrio. Se nota que es una zona “bien”. Y ella, para qué negarlo, es una chica “bien”. El piso que le ofrece el agente inmobiliario reúne todas las características que desea: bajo precio, amplitud, luz y unas hermosas vistas a la sierra. Tan solo presenta un pequeño “inconveniente”: la dueña del piso vivirá en él hasta el día de su (inminente) fallecimiento. Lola (de más de setenta años) ha sido operada del corazón en dos ocasiones y sin duda no aguantará mucho más. Sobre todo si sigue fumando una cajetilla diaria. Y bebiendo todo lo que se le pone por delante. Sí, Sara decide dar el paso, comprar el piso y... esperar.

Pero ya sabemos que los acontecimientos no se desarrollan siempre tal y como uno los había planeado. En primer lugar, Lola sigue gozando mes tras mes de una envidiable salud. Y segundo, y más grave, la propia vida de Sara es la que empieza a desmoronarse con nuevos y sorprendentes acontecimientos. Entre las dos mujeres, tan distintas y tan parecidas en su soledad, surgirá una amistad plagada de risas, ternura, emoción y complicidad.

Este es el resumen de una obra de teatro que Juan Carlos Rubio escribió inspirado por un anuncio real que leyó en el periódico: “Se vende piso con inquilino”. Tras visitar a la inquilina que hacía tan extraño anuncio, declara Rubio que en su mente “se instaló con fuerza el germen de una historia de amistades y soledades, de presentes y futuros que quizá no lleguen nunca. Una historia que ahora sube a los escenarios con el mejor reparto que nunca pude soñar: María Luisa Merlo, Miriam Díaz-Aroca y Miguel Vigil.”

Esta obra escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio brinda al público ubetense la oportunidad de reencontrarse con una de las más grandes actrices españolas de todos los tiempos, María Luisa Merlo, que según todas las crónicas simplemente borda su papel en 100 m². Se trata, en definitiva, de una obra de esas que tanto gustan al público ubetense, una de esas obras del teatro de toda la vida que hicieron posible que cuajara en Úbeda la afición teatral. Se ofrece, de nuevo, una velada teatral inolvidable que viene avalada por los públicos de toda España y por la crítica.

En Miami Herald han dicho que “100 m² provoca risas y lágrimas, una comedia viva y conmovedora, con humor mordaz y diálogos brillantes”. Por su parte, en la web todosalteatro.com han dicho que en esta obra “cabe mucha soledad, mucha incomunicación y mucha amargura contenida. Pero también humor, amistad y ganas de escuchar y ayudar al que está enfrente. Muchos elementos en pocos y acertados actores, es casi una obra a dúo, en un texto inteligente, rápido y divertido.” Y la crítica Celia G. Naranjo ha escrito que “esta obra lo deja a uno con la sensación de haber saboreado un bombón de licor, donde el dulce se mezcla con el gusto amargo del alcohol sin solución de continuidad. (...) El espectador pasa de la carcajada a la lágrima en cuestión de segundos. Literalmente.” Argumentos suficientes para disfrutar de ella en el Teatro Ideal Cinema.

(100 m², de Juan Carlos Rubio, se representará en el Teatro Ideal Cinema el sábado 27 de octubre, a las 21:00 horas)

lunes, 22 de octubre de 2012

MARÍA LUISA MERLO





María Luisa Merlo (nacida en Valencia el 6 de septiembre de 1941) forma parte de un fecundo entramado familiar relacionado con el mundo del teatro y es, por su parte, de una de las mejores actrices españolas de todos los tiempos. Hija de los actores Ismael Merlo y María Luisa Colombina, debutó en el teatro en 1957, como bailarina del espectáculo Te espero en el Eslava, de Luis Escobar. A partir de ese momento, su carrera fue imparable, convirtiéndose en uno de los rostros imprescindibles del teatro, el cine y la televisión en España de las últimas cinco décadas.

En el cine debutó en 1959 (De espaldas a la puerta) de la mano de José María Forqué. En la década de 1960 participaría en algunas películas más, si bien abandonaría esta faceta de su labor artística para centrarse en el teatro y la televisión.

En el teatro ha participado en más de veinticinco obras de todos los géneros, desde los dramáticos a la comedia pasando por el musical. Algunas de las obras en las que María Luisa Merlo participó forman parte de lo mejor de la memoria teatral de los públicos españoles: Siete gritos en el mar (1968), Los hijos de Kennedy (1977), Diálogo secreto (1984) o La Ratonera (2006 y 2007). Da cuenta de su calidad artística y de su versatilidad, el hecho de que desde 1986 formara parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

A mediados de la década de 1960 comenzó a convertirse en protagonista de alguna de las series más famosas de la televisión española. Interpretó decenas de papeles en programas como “Primera fila”, “Novela” o “Estudio 1” y realizó un papel magistral en la serie Media Naranja, todo ello en TVE, y más recientemente su popularidad ha aumentado notablemente por su participación en series como Aquí no hay quien viva o Mis adorables vecinos.

Como hemos dicho, María Luisa Merlo forma parte de una saga familiar profundamente relacionada con el teatro. Sus padres eran actores, estuvo casada desde 1959 hasta 1975 con el actor Carlos Larrañaga, con quien tuvo tres hijos: la actriz Amparo Larrañaga, el actor Luis Merlo (Premio Nacional de Teatro “Antero Guardia” 2011) y Pedro Larrañaga, esposo de Maribel Verdú y uno de los más exitosos productores teatrales españoles del momento (a él se deben obras tan exitosas, de las que ha podido disfrutar el público ubetense, como Tócala otra vez, Sam, El tipo de al lado o El Apagón). Ha participado en obras de teatro y series de televisión con Carlos Larrañaga, con su suegra Maria Fernanda Ladrón de Guevara, con su cuñada Amparo Rivelles, con sus hijos Luis y Amparo, con su padre...

La relación de la familia de María Luisa Merlo con Úbeda viene de largo. La compañía de Luis Merlo, su padre, estuvo en Úbeda, por ejemplo, el 2 y 4 de octubre de 1966; el 2, 3 y 4 de octubre de 1968; y el 29 de septiembre de 1973. Tras su matrimonio con Carlos Larrañaga, los dos actores formaron su propia compañía, que estuvo en las tablas del Teatro Ideal Cinema en varias ocasiones. La primera, el 3 y 4 de octubre de 1967, representando La tercera palabra de Alejandro Casona. (Como curiosidad, cabe señalar que en aquella función actuó también María Fernando Ladrón de Guevara, la madre de Carlos Larrañaga.) Actuó también la compañía de María Luisa Merlo y Larrañaga el 3 de octubre de 1973.

La última vez que María Luisa Merlo estuvo en el Teatro Ideal Cinema fue durante la V Muestra de Teatro de Otoño, el 27 de septiembre de 1999. Formó parte, en esa ocasión, del reparto de la obra Ocho mujeres, de Robert Thomas. El próximo sábado, el público ubetense tiene la oportunidad de reencontrarse con una de las actrices que más íntimamente está ligada a la historia teatral de Úbeda de los últimos cuarenta años, como recordaba su hijo Luis Merlo al recoger el Premio Nacional de Teatro “Antero Guardia” que le fue entregado el año pasado, momento en el que repasó brevemente la fecunda relación de su familia con el Teatro de Úbeda.

(100 m², de Juan Carlos Rubio, con María Luisa Merlo, Miriam Díaz Aroca y Miguel Vigil, se representará en el Teatro Ideal Cinema el próximo 27 de octubre a las 21:00 horas)

sábado, 20 de octubre de 2012

NADIE LO QUIERE CREER, DE EUSEBIO CALONGE





Eusebio Calonge es uno de los mitos vivos del teatro español. Nacido en Jerez de la Frontera en 1963, desde 1985 trabaja con la Compañía La Zaranda, a la que suministra sus textos y junto a los cuales ha perfilado el estilo teatral más personal y definido del teatro español de las últimas décadas. Sus obras han sido representadas en treinta países de tres continentes (todas sus obras han sido traducidas al inglés y al francés) y Calonge ha recibido premios de la crítica y del público en Buenos Aires, Madrid, Montevideo o Nueva York, además recibir premios a su trayectoria artística como el García Lorca, el Ollantai o el del Festival de Teatro Iberoamericano de Cádiz, todos ellos culminados con el Premio Nacional de Teatro que La Zaranda recibió en 2010.

NADIE LO QUIERE CREER (La patria de los espectros) es una de sus obras más conseguidas y aplaudidas. En ella, la personalísima lírica creada juntamente por Calonge y los actores capitaneados por Paco de La Zaranda, destila la tristeza característica de la compañía, que no es sino una constatación de la permanente derrota que es la existencia.

NADIE LO QUIERE CREER sólo puede definirse desde la poética artística que articula toda la creación teatral de La Zaranda:

Los fantasmas brotan al amparo de las ruinas y los espejos, en la oscuridad de las vidas sin designios, en ese nosotros sin destino. Asoman en el sentimiento de lo perdido, en el anhelo de lo que nunca llegamos a tener y en la resignación de no haberlo alcanzado nunca.

Esta que fue casa de blasón, es el lugar de sus apariciones, el trozo de calendario al que se aferran, donde disecan las pretéritas glorias y cicatrizan las partes amputadas de su historia.

Quebrada la fe solo les queda el afán de sobrevivir. Desmembrados y consumidos por la enfermedad, enfrentados siempre por el pasado, apenas unas sombras, figurantes en un sainete espectral de consabido argumento: la impotencia conspirando contra la esperanza siempre.

Estrenada en el Teatro Municipal de Salt (Gerona) el 16 de octubre de 2010, este espectáculo es una coproducción del Teatro La Zaranda y el Festival Temporada Alta, Festival de Tardor de Catalunya, Girona-Salt. Y, como ocurre con todas las obras de La Zaranda, NADIE LO QUIERE CREER ha cosechado los elogios unánimes de la crítica.

El acreditadísimo crítico Marcos Ordóñez ha dicho en El País que NADIE LO QUIERE CREER es posiblemente el “espectáculo más clásico de La Zaranda y por clásico entiendo el más narrativo, con una trama que enlaza los ritmos concéntricos y las ceremonias secretas”, concluyendo que se trata de “un soberbio sainete espectral. Tan bueno como siempre. Una admiración enorme, la de siempre también, maestros, y un respeto imponente.”

Por su parte, Joan-Anton Benach ha dicho en La Vanguardia que “con la palabra que Calonge pone en boca de Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos –tres formidables actores– la poética liquida la estética, funcionando con golpes certeros, contundentes, que a menudo suscitan incontenibles carcajadas.” Por su parte, Joaquim Armengol señala en Avui –el prestigio de La Zaranda en Cataluña es inmenso– que “La Zaranda son muy buenos y se la juegan de verdad.”

Y Antonio Arco ha escrito para el periódico La Verdad, de Murcia, que “esto sí que es un lujo: La Zaranda trae a Murcia su último espectáculo recién salido del cielo. Un nuevo regalo de carne y alma hecho al público.

Todo, pues, en NADIE LO QUIERE CREER (La patria de los espectros), la obra de Eusebio Calonge que esta noche representará en el Teatro Ideal Cinema compañía La Zaranda, todo, aventura un momento sublime del teatro, una exaltación de los sentidos y de los sentimientos. A buen seguro que cuando acabe la obra y se rompan los aplausos todos los espectadores sentiremos la mordida de una tenaza en los entresijos del corazón.

viernes, 19 de octubre de 2012

DEFINIENDO EL TRABAJO DE LA ZARANDA





El elogio unánime a un trabajo sin concesiones y al mejor teatro realizado en décadas. El elogio unánime al clasicismo vivo, al expresionismo sin falsos aderezos. La crítica rendida a los pies del estilo personal, definitivo y definitorio de La Zaranda.

"Es el tipo de trabajo que hace brillar al festival latino." Richard F. Sherpard, The New York Times (Nueva York), 19 de octubre de 1988.

"La Zaranda ha hallado ya su estilo, acre y bello; su voz del sur y su aliento universal." Javier Villán, El Mundo, 3 de abril de 1994.

"La Zaranda de Jerez de la Frontera representa ahora mismo una de las más puras bocanadas de aire fresco que se puedan encontrar en la escena española." Jonh Sanderson, Diario de Alicante, 7 de diciembre de 1995.

"La Zaranda desde hace veinte años, viene purificando un lenguaje propio que ya va teniendo carácter de legado universal... ¿Estarán marcando los primeros pasos hacia el teatro del nuevo milenio?" Julio Gómez, Éxito (Miami), 14 de junio de 1995.

"El goce estético de estar asistiendo a un acontecimiento artístico singular." Olga Consentino, Clarín (Buenos Aires), 3 de marzo de 1996.

"La Zaranda ejemplifica con su labor la posibilidad de que en un teatro fiel a sus raíces tradicionales alcance dimensión universal." Nina Cortese, Ámbito Financiero (Buenos Aires), 1 de abril de 1996.

"Dueños de un estilo único en el que lo telúrico se universaliza." Wilson Escobar Ramírez, La Patria (Manizales, Colombia), 31 de agosto de 1996.

"Es uno de los grupos españoles con mayor prestigio internacional. Media docena de sus obras han girado insistentemente por Europa. La Zaranda forma parte del nuevo teatro andaluz, comprometido, y que no deja indiferente a nadie." G. P. de Olaguer, Guía del Ocio de Barcelona,1999.

Una cátedra de teatro. Un trabajo magistral, que no siempre podemos apreciar en estas latitudes. Es una cátedra de gran teatro, en un lapso de minutos.” Juan Aburto, La Prensa (Managua), 2000.

Sublime La Zaranda. Sublime, solo sublime. La creatividad de La Zaranda es tan irreductiblemente una, en forma y esencia, que resulta una herejía destejerla.” Ileana Cidoncha, El Nuevo Día (San Juan de Puerto Rico), 2001.

Un buen teatro que marca la diferencia, que redime de tanto monoteísmo escénico.” Carlos Gil, Artez, 2002.

Este grupo sigue fabricando productos de los más interesantes del panorama teatral español.” Roberto Herrero, El Diario Vasco, 2003.

Un teatro excepcional tanto por su contenido como por su plasticidad. Las obras de La Zaranda son obras de arte que habría que incluir en el catálogo de Bien de interés Cultural.” Manuel Sesma, El Adelantado de Segovia, 2003.

La Zaranda lleva veinticinco años en la brecha del teatro: una brecha sangrante, en carne viva. El teatro de esta compañía duele en el alma porque tiene un significado poético intenso y una autenticidad social sobrecogedora. Un cuarto de siglo sin propaganda comercial, sin concesiones, porque es un teatro que incide en lo esencial.” M. Sesma Sanz, Primer Acto, 2003.

Lo diré más clarito: para mi gusto cualquier espectáculo de Eusebio Calonge y La Zaranda le da cien vueltas a Bernhardt con una mano atada a la espalda. Por el texto, por el tono, la enunciación, la atmósfera, los ritmos, las imágenes... No decostruyen, no usan pantallitas de video ni tienen DJ’s en escena. Teatro independiente en el más humilde y enorme sentido de la palabra.” Marcos Ordóñez, El País, 2005.

La Zaranda ha conseguido mantener un conjunto de constantes dramáticas como una marca propia y depurar cada vez más un trabajo que a fuerza del dominio de su técnica distancia al espectador de todo engaño y por ello, lo acerca al dolor que produce la lucidez del pesimismo.” Bonifacio Valdivia, La Opinión de Granada, 2005.

Afortunadamente existen en España compañías como La Zaranda, dispuestas a proponer un teatro que mira desde lejos las obritas comerciales de fácil trago. Huracán expresionista que pone al límite a su elenco exigiendo interpretaciones desgarradas. Lo suyo es pura poesía , un lirismo tétrico que dispara verdades y reflexiones como una metralleta. Lo dicho, un magnífico cuadro expresionista a contraluz frente al que muchos espectadores se quedan absortos, inquietos... Es imposible contar a los amigos de que iba lo visto; es pura existencia personal e intransferible.” Alfonso Arribas, El Norte de Castilla, 2005.

Lo que muestra esta compañía es un reconocimiento de las raíces culturales de un pueblo, el español, rico en historia, afligido por los acontecimientos y generoso en imaginación y creatividad. Reencontrarse con La Zaranda significa repasar buena parte de nuestras señas de identidad.” Manuel Sesma, El Adelantado de Segovia, 2005.

La Zaranda es un milagro del teatro contemporáneo.” Carlos Gil Zamora, Revista Artez, 2004.

La Zaranda es un clásico del teatro español incuestionable de referencia obligada.” La Ratonera - Revista Asturiana de teatro, abril de 2006.

El repertorio de Zaranda, fiel a la cultura andaluza, es universal.” Valérie L, Let´s Motiv (Toulouse), 2007.

Porque si alguien preguntara ¿qué es el teatro? sólo bastaría con señalar a La Zaranda. Es la soberanía de la actuación por encima de cualquier otro recurso. Dueños del escenario, los espacios, el aire, el peso de los segundos les pertenece.” Leni González, Diario Crítica (Buenos Aires), 2008.

La Zaranda se ha distinguido por ser una de las pocas compañías de teatro contemporáneo creadora de un estilo propio. Un estilo que define un universo absolutamente evocador y sensitivo donde toda una gama de hermosas imágenes se revisten de los olores y los sonidos de las fiestas populares andaluzas para llevarnos directamente al corazón de nuestra memoria, de nuestras emociones más recónditas.” Dolores Guerrero, El Correo de Andalucía, 2008.

“Teatro metafórico. Teatro de ideas, de sensaciones. De impactos emocionales que se deben convertir en acción, o sea en pensamiento. Pura Zaranda, emocionante, cautivadora.” Carlos Gil Zamora, Artez - Revista de las Artes Escénicas, noviembre de 2006.

Los imprescindibles. Mil veces vistos y mil veces sorprendentes, emotivos e inteligentes.” Manuel Sesma, Primer Acto, 2008.

El teatro sigue vivo, entre otras cosas, por empeños éticos y creativos como los de La Zaranda.” Alfonso Arribas, El Norte de Castilla, febrero de 2009.

jueves, 18 de octubre de 2012

EL DESTINO DE NÍCOLO





SINOPSIS

Hace tiempo —corría el siglo XIII—,
un monarca escuchaba a su adivino:
«Mirando en las estrellas, me parece

que os sobrevuela un terrible sino;
Nícolo, vuestro hijo, va a dejaros
sin reino y sin corona: es el Destino

Ambos urden un plan para evitarlo
y cambiar así el curso de la Historia.
Al extremo del Mundo han de enviarlo

buscando que se pierda su memoria
en las garras de una lejana Muerte.
Pero gira el Destino ya, cual noria...

¿Podrá el muchacho hacer cambiar su suerte?
¿Podrá esquivar el necio Rey su sino?
Lo sabremos cuando al fin se complete
la historia de Nicolo y su Destino.

(EL DESTINO DE NÍCOLO, de Títeres del Asombrajo, se representará en Santo Domingo el próximo sábado 20 de octubre, a las 19:30 horas)

ZARANDEROS O ZARANDIANOS: LOS QUE VENERAN A LA ZARANDA





Teatro de culto. Compañía venerada por los públicos. Sus públicos. Secta de amantes de su poética. Fanáticos de su belleza plástica. Personas que se sientan en la butaca para presenciar las obras de La Zaranda y que se quedan atrapadas para siempre. La Zaranda y su público, La Zaranda y los amantes del teatro.

"Arrasan con los públicos y la crítica en los escenarios de Europa y América." Sandra R. Beauchamp, El Mundo (San Juan de Puerto Rico), 20 de marzo de 1990.

"Una experiencia obligada y necesaria para los que gustan del teatro." Dolores Conquero, El País, 20 de marzo de 1994.

"«Zarandiano», ya puede usarse ese apelativo al tratar el estilo del grupo." Norma Niurka, Herald (Miami), 17 de junio de 1995.

"La Zaranda lleva al público al realismo mágico del teatro." Kölner Stadt-Anzeiger (Bonn), 15 de junio de 1996.

"La Zaranda fueron lo mejor que se vio de la escena mundial, un lujo." Ivana Costa, Clarín (Buenos Aires), 26 de diciembre de 1996.

"El público estremecido y convencido de haberse acercado a un teatro sin precedentes." Mario Monteforte, El Periódico (Ciudad de Guatemala), 22 de marzo de 1998.

La Zaranda es uno de los pocos grupos de teatro de culto que quedan en España. Quizás en Europa. Lo son a la manera de los divinos malditos que crean seguidores incondicionales marcados por un fanatismo racional... No es fácil crear poesía escénica. Y ellos lo hacen. No es fácil trasmitir imágenes oníricas y sueños tridimensionales. También lo consiguen.” Rosana Torres, El País, 2001.

Un público fervoroso llenó el teatro, ya que La Zaranda cuenta con entusiastas admiradores y, cada vez que llega al país, todos obedecen a la consigna... Teatro de vanguardia no porque el grupo se proponga innovar sino porque lo que tienen que decir necesita un lenguaje propio.” Nina Cortese, Ámbito Financiero (Buenos Aires), 2001.

Cada escena de La Zaranda contiene, en sus claroscuros, lo imprescindible para que el espectador redescubra su propio imaginario, siempre que intente acercarse al hecho teatral con la mente abierta, libre de prejuicios, dispuesto a dejarse llevar por las emociones.” Hilda Cabrera, Página 12 (Buenos Aires), 2003.

La Zaranda, pone al espectador al límite de su resistencia emocional: todo gira alrededor del dolor, lo demás es accesorio, inexistente.” Dora Luz Haw, Reforma (México DF), 2003.

Los seguidores de La Zaranda son degustadores de un ceremonial tan cargado de contenido, tal lleno de vida en sus personajes muertos, tan rico en proteínas poéticas, que de sus espectáculos sale uno fortalecido y vacunado contra la epidemia de miedo y parálisis.” Miguel A. Varela, Diario de León, 2003.

Con La Zaranda pasa lo que pasa: o se es zarandero o no se es. Yo soy zarandero desde hace veinticinco años, desde que los vi por primera vez, desde que removieron en mi interior todas las esencias de la podre española… a mi me queda lo que me queda para seguir estremeciéndome en mis recuerdos, para seguir disfrutando de La Zaranda cada vez que los veo.” Ricardo Romanos, Diario de La Rioja, 2005.

La Zaranda de Jerez es un grupo «de culto» y una de las últimas muestras de compañías de poética integral. Ellos tienen prestigio y se les busca en muestras internacionales, y en festivales.” Pedro Barea, El Correo del Pueblo Vasco, 2007.

Yo me declaro adicto a la Zaranda. Un enganche que crece con cada nuevo espectáculo, cada vez que consiguen volver a dejarme con la boca abierta. Es un mundo de sueños, hacen magia con la desesperación y comedia con la muerte. Personajes frágiles, puros supervivientes.” Roberto Herrero, El Diario Vasco, 2007.

Encontrarse de nuevo con un teatro tan cautivador, tan emocionante y tan profundo es una experiencia que merece ser predicada.” Alfonso Arribas, El Norte de Castilla, 2007.

Los seguidores de La Zaranda nos solemos pasar todo un año rumiando el ritornello de su último espectáculo, y nos lo recordamos por las esquinas como un santo y seña.” Bernardo Sánchez, La Rioja, 2007.

La Zaranda nos trae una propuesta para ver teatro de verdad, no sólo para pasar un rato agradable o simpático. Se busca el compromiso del espectador en la reflexión de lo que en dosis contadas y medidas van lanzando los personajes desde el escenario. La estética de la obra queda en el interior del espectador, como fruto de su reflexión.” Jesús Sánchez–Ferragut, Diario Bahía de Cádiz, 2007.

Gracias, zaranderos, por hacernos creer en los artistas que cruzan la soledad más allá de la muerte.” William Venegas, La Nación (San José de Costa Rica), 2008.

¡Bendita Zaranda, que ilumina los teatros por los que pasa rescatando a los espectadores de las tinieblas!” Antonio Arco, La Verdad de Murcia, 2008.

Uno de los pocos grupos de culto que quedan en el panorama escénico internacional. El suyo es un universo rico en matices, en simbologías, en guiños de alta cultura... Huyen de todo lo que huela a superficialidad.” Rosana Torres, El País, 2008.

miércoles, 17 de octubre de 2012

EL TEATRO SEGÚN LA ZARANDA





Las críticas cosechadas por La Zaranda suman un número incontable de páginas. Sólo con los extractos de esas críticas nos hemos topado con más de cuarenta folios de apretada letra en los que se exalta con justificada pasión el trabajo de La Zaranda. En este primer bloque de críticas queremos acercar aquellas que hacen posible una aproximación a la definición del acto teatral, del acto artístico de La Zaranda. Disfruten leyendo este preludio de lo que el sábado podrán presenciar en carne y hueso en el Teatro Ideal Cinema.

"Consiguen una poética escénica verdaderamente singular." Enrique Centeno, Diario 16, 16 de enero de 1993.

Una mirada crítica, un mundo cercano, tangible, terrible, existencial. Una maravilla." Rubén Castillo, Diario de Cádiz, 12 de octubre de 1987.

"Es poesía hecha texto. Es talento resuelto escénicamente con un manejo envidiable. Es dominio corporal sorprendente para manejar notablemente la utilería." Óscar Torrents, Última Hora (Asunción, Paraguay), 24 de mayo de 1993.

El teatro como acto de amor. Cada uno de los espectadores tendrá que prestarle su propia historia a aquellos seres que sin pedir nada están allí necesitándolo todo... Se ha dicho de La Zaranda que es un verdadero escalofrío teatral. Y es verdad, pero creo que también es pulso frío, que no se deja acunar por sus propios temblores y que podría compartir con Kafka la idea de que «el arte y la oración sólo son manos tendidas en la oscuridad».” José Luis Miranda, La Razón, 1999.

Enfrentarse a La Zaranda es entrar en un ceremonial. Si se deja imbuir por los climas, los personajes semíticos o la mezcla de decadencia, religiosidad o muerte, el camino de la conmoción está prácticamente asegurado.” Alfredo Goldstein, Brecha (Montevideo), 1999.

"¿De que nos habla La Zaranda... de un teatro esencial, de un retorno al ritual sagrado? ¿De un teatro total que ataca los sentidos? ¿Nos habla de memorias perpetuas, de instantes eternos, de eternos retornos? ¿De que nos habla la Zaranda...? Acaso simplemente de la vida hecha muerte , de la muerte en vida, o de la vida que nos falta por vivir, o de la muerte que nos falta por morir.” Wilson Escobar, El Tiempo (Bogotá), 2000.

Machihembrado de vanguardia y tradición, la recurrencia a la estética del esperpento aplicada a una sombría estructura de inquietudes metafísicas, el desgarro andaluz de los grotescos personajes... la atractiva estética austera y despojada del espacio escénico, que conforman lo que podríamos llamar un teatro del desamparo o la desolación.” I. García Garzón, ABC, 2001.

Teatro de los sueños rotos en la difusa frontera entre la realidad y los sueños; teatro de la miseria, de la pobreza y el espanto; teatro del gesto orgánico, de la plasticidad sacra con olor a cera. La Zaranda de siempre.” Javier Villán, El Mundo, 2001.

A vueltas con la Zaranda. Un teatro de inspiración mística, que roza lo sagrado y que aspira a ser alimento del ser humano y no una mera representación o ilustración de la vida... Una metáfora de la vida de la que surgen: el olvido y la memoria, la fortuna, la eternidad y la muerte...” Liz Perales, El Mundo, 2002.

El alma que duele. Mágico y perturbador el montaje de La Zaranda... La tragedia de lo español, sobre los hombros de Valle-Inclán y de Cervantes, pero pasados por el teatro moderno de la muerte y el dolor. Ojalá duren mucho así, puros en el dolor, escenificando el alma que duele, la fugacidad y la muerte que hacen de este montaje un monumento barroco. Benditos sean por llevar por el mundo la crudeza y la belleza de nuestro destino.” J.A.G. Municio, El Norte de Castilla, 2003.

La Zaranda no contesta ninguna pregunta, explora los caminos valleinclanescos y se acerca ala liturgia del auto sacramental.” Isabel Navarro, La Razón, 2003.

Nadie como ellos para lograr un ritmo oscuro y percutido con las palabras. Nadie como ellos para crear un mundo subterráneo, reflejo deformado del real, en el solo habitan los excluidos, los derrotados, los fantasmas.” Rosalía Gómez, Diario de Sevilla, 2004.

La gente de La Zaranda hace del teatro una experiencia casi religiosa.” Juan Ignacio García Garzón, ABC, 2005.

Poética de la emoción, un oasis de trasgresión poética, un teatro de la memoria, teatro ritual y al mismo tiempo de vanguardia; teatro sagrado que exalta a una estirpe de artistas expresionistas a quienes se les debe cuando menos el impulso milagroso de sus montajes.” Vera Milarka, Reforma (México DF), 2005.

Quien ha visto alguna vez en un escenario a la Zaranda sabe que lo que este grupo ofrece es algo más que teatro. Su poética, sus mundos apocalípticos, su estética, su ética de perdedores y, sobre todo, su ritual de mirada lúcida, cruenta, tierna y existencialista. Lo mágico de La Zaranda es que de un gran vertedero extrae poesía y ternura, sacudiendo las conciencias de medio mundo.” Rosana Torres, El País, 2007.

Imágenes bellas como la de los lienzos maestros, una música triunfante que produce el escalofrío, y una realidad que da al sueño toda su fuerza de evasión, propulsan al Teatro la Zaranda en un remolino de sensaciones a flor de piel.” Jean–Luc Martinez, La Dépêche (Toulouse), 2007.

Teatro sagrado, teatro de la imaginación, teatro de la esencia, de la belleza en su forma más pura y trascendente. La Zaranda permanece a través de los años defendiendo a costa de sudores y fatigas su teatro, luchando contra gigantes y molinos de viento, reivindicando tozudamente unos valores que hace mucho tiempo que quedaron enterrados entre tanta, tanta basura; basura que llena las bocas, basura que no deja ver al otro. ¿De dónde sacar la fuerza, cuando uno sabe que está abocado al olvido, cuando teme que el trabajo de tantos años haya sido estéril, cuando ignora de dónde viene y a dónde va, cuando, en fin, no sabe para qué es todo esto? La respuesta a estas preguntas hay que buscarla en la lectura última y definitiva del teatro sagrado de la Zaranda. Es una respuesta que se eleva por encima del mundo y busca las alturas, con la valentía y la vehemencia de los niños.” Ana López- Segovia, La Voz de Cádiz, 2007.

En un mundo en el que los más poderosos monopolizan la palabra, La Zaranda presta su voz a los más vulnerables. Sinceros, sensibles, generosos... Llenos de memoria y de un sentido innato de la escena. Su teatro es intenso y lleno de imágenes, siempre conmovedor.” Jean-Luc Martinez, La Dépêche (Toulouse), 2008.

martes, 16 de octubre de 2012

LA ZARANDA, TEATRO INESTABLE DE ANDALUCÍA LA BAJA





La Zaranda, Premio Nacional de Teatro 2010, no es un lujo de la escena española: es el lujo, el gran lujo, del teatro español de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos andado del XXI. Es, a la par, la más internacional de las compañías españolas y la que con más pureza recoge y sintetiza la tradición teatral hispánica. En La Zaranda están nuestros clásicos de todos los tiempos, desde La Celestina hasta Lorca pasando por Lope, Tirso o Valle. En más de treinta años de vida han girado por los escenarios de Europa y América más de una docena de obras: es difícil encontrar nada en el mundo del teatro de lo que se hayan escritos elogios tan contundentes, tan rotundos, tan unánimes. Los públicos más selectos y exigentes de Francia, Italia, Estados Unidos, de todos los países hispanoamericanos y, por supuesto, de España, se han rendido sin condiciones ante la magia de La Zaranda.

El origen de La Zaranda se remonta a los años 70. Entonces, tras un cúmulo de experiencias individuales, los actores de La Zaranda se encuentran en 1978 y deciden condensar todas sus experiencias en un trabajo conjunto. Partían de la premisa de querer conducir a la obra teatral hasta ese punto de tensión en que drama y vida confluyen, de negar toda concesión al teatro muerto con todos sus academicismos evidentes y al teatro de las falsas vanguardias, con patente de modernidad aplicadas al decorativismo más banal y la esclerosis, que no conduce más que al bostezo. Nació así un teatro tremenda plástico y lírico, un teatro clásico y vanguardista a partes iguales, con una personalidad definidísima, un teatro sometido por su autor, su director y sus autores a la permanente tensión de la creación. Como resultas de esa vocación artística el teatro de La Zaranda es un teatro culto y tremendamente popular, un teatro difícil, que exige un esfuerzo estético y lírico por parte del espectador: las obras de La Zaranda atrapan al público como la tela de una araña, y cuando la función termina, uno se siente aplastado en el sillón, como si todo lo existente se hubiese adueñado de sus fibras más íntimas. Los aficionados ubetenses que han estado presentes en sus anteriores representaciones pueden dar buena fe de esa transformación espiritual que el teatro de La Zaranda opera en quienes lo presencian.

A lo largo de los últimos años, La Zaranda ha puesto en escena una docena de espectáculos, entre los que destacan Los Tinglaos de Maricastaña (1983), Marimeneo Marimeneo (1985), Perdonen la Tristeza (1992), La Puerta Estrecha (2000) o Futuros Difuntos (2008). En tres ocasiones ha estado La Zaranda presente en Úbeda: el 26 de septiembre de 2000 con La Puerta Estrecha, el 13 de diciembre de 2003 con Ni sombra de lo que fuimos y el 27 de enero de 2007 con Los que ríen los últimos. La presencia de esta compañía jerezana sirve para prestigiar tanto la Muestra de Teatro de Otoño como las tablas del Teatro Ideal Cinema. No en vano, desde que en 1985 La Zaranda saliera de España por vez primera para participar en el Festival Internacional de Teatro de Montevideo, en el Berlín-Kultursdadt Europeas o en el Festival Latino de Nueva York, esta compañía ha estado presente en todos los grandes encuentros teatrales del mundo (Festival Iberoamericano de Cádiz, Festival Internacional de Teatro de Caracas, Festival Quijote de París, International Hispanic Theatre Festival Miami, Festival Internacional de Nantes, Festival Internacional de L’Aquila de Italia, Festival de Expresao Ibérica de Oporto, Bienal Internacional de Bonn, Festival Latino de Managua, Festival Mira de Tolouse) y en los teatros más prestigiosos (Gran Teatro de la Habana, Teatro Reforma de México D.F., Teatro Nacional de El Salvador, Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires, Centro Nacional de las Artes de México, Théâtre Sorano de Tolouse o en el Teatro Nacional Solís de Montevideo) de Europa y América.

(NADIE LO QUIERE CREER, La patria de los espectros, de Eusebio Calonge, se representará en el Teatro Ideal Cinema el próximo sábado 20 de octubre a las 21:30 horas)

lunes, 15 de octubre de 2012

EL PEQUEÑO TEATRO UBETENSE





Soy de los que creen muy de veras que al teatro hay que ir no sólo para distraerse o divertirse sino también para tratar de enriquecer el espíritu en la medida de los posible”. Con estas palabras escribía Juan Enrique García-Blanca Roa la carta de presentación del Pequeño Teatro Ubetense en el Programa de la VII Muestra de Teatro de Otoño. Corría el año 2001, y el Pequeño Teatro había sido creado un año antes por García-Blanca inspirándose en el Piccolo Teatro de Milán. Esta inspiración ha servido para que se escribiese del Pequeño Teatro Ubetense que “viene a llenar un cierto vacío, dado que otras compañías ubetenses se dedican al teatro religioso o a la producción meramente española, y este Pequeño Teatro Ubetense tiene por objetivo promocionar en Úbeda en el teatro europeo y el teatro de creación propiamente dicho”. Desde esa máxima, el creador del Pequeño Teatro Ubetense y alma mater del mismo, Juan Enrique García-Blanca (que durante muchos años ha trabajado en Francia, donde se formó como dramaturgo) se ha dedicado desde sus inicios bien a crear las obras que su compañía representaba bien a reinterpretar textos de autores como Molière, Colin Higgins o, el pasado sábado, Edward Albee.

Por las filas del Pequeño Teatro Ubetense han pasado hombres y mujeres muy implicados en la vida cultural de Úbeda. Pepe Dueñas, Paquita Moya, José Manuel Fuentes, Mariano Valcárcel, Belén Argumosa, Pepe Fuentes, Juan Manuel Garrido o Cati Ramírez son sólo algunos de esos nombres que a lo largo de doce años de vida han puesto sobre las tablas del Ideal Cinema o del Auditorio del Hospital de Santiago más de diez obras distintas, todas ellas debidas a la pluma de García-Blanca, entre las que destacan Esas locas cabecitas cuadradas, El casamiento forzoso o La familia ideal. Además de participar en la Muestra de Teatro de Otoño, el Pequeño Teatro Ubetense ha representado sus obras a beneficio de organizaciones benéficas y cofradías y ha formado parte de las programaciones culturales de Navidad.

En la Muestra de Teatro de Otoño, el Pequeño Teatro Ubetense de Juan Enrique García-Blanca Roa debutó el 26 de septiembre de 2001 con Un ricachón andaluz (inspirada en una idea de Molière). El 25 de septiembre de 202 volvió a interpretar una obra del genio francés: Tartufo o El Impostor, en versión de García-Blanca. El 30 de septiembre de 2005 (en una función homenaje a Pepe Dueñas, fallecido el mes de agosto anterior) ponían en escena Harold y Maude, escrita por Juan Enrique García-Blanca inspirándose en la novela homónima de Colin Higgins. El 29 de septiembre de 2006 representaban Historias de Familia, y a La Tapadera le llegó el turno el 28 de septiembre de 2008 y el 26 de septiembre de 2009. El 26 de septiembre de 2010 el Pequeño Teatro Ubetense representó Eróticamente femenina y el 25 de septiembre de 2010 La cisterna mágica o la nalga floja. La noche del sábado pusieron en escena la versión que Juan Enrique García-Blanca ha hecho de un texto ya mítico en el teatro contemporáneo: LA CABRA (O ¿QUIÉN ES SYLVIA?), de Edward Albee. Como era de esperar, el público salió de la sala impactado por la obra y encantado con el trabajo del Pequeño Teatro Ubetense.

domingo, 14 de octubre de 2012

LA LENGUA EN PEDAZOS





Teresa está sentada. En el teatro resuena sólo el golpe monótono del cuchillo cuando cae sobre la mesa tras haber partido la cebolla. Entra en la cocina un oficial de la Inquisición: viene a juzgar la obra que Teresa de Jesús ha principiado al abandonar el monasterio de la Encarnación para fundar el de San José —cuna de la reforma carmelitana—, viene a cortar de raíz la protesta espiritual del recién nacido Carmen Descalzo. Habla el Inquisidor y Teresa se encoge con temor, que está arrugada incluso cuando se pone de pie con su pobre indumentaria de monja que rechaza la vida lujosa de las carmelitas calzadas. Se le nota a Teresa el miedo en la voz, vacilante: sabe que el Inquisidor tiene poder suficiente para enviarla al potro de tortura y a la hoguera si se niega a volver a la obediencia del Carmen Calzado.

Y sin embargo la voz trémula de Teresa va rompiendo poco a poco el discurso pétreo con el que el Inquisidor quiere acorralarla para que renuncie a su proyecto. Más aún: el Inquisidor quiere doblegarla, partirla, vencerla, porque intuye en Teresa una amenaza terrible para el poder establecido, para la religión cosificada y ritualizada que reduce la fe a mercadeo de almas. Pero Teresa se revuelve: su voz es la de una mujer que conoce el duro papel que obliga el mundo a representar a las mujeres y que, sin embargo, no se resiste a aceptar ese sometimiento ni esa humillación. La carne de Teresa tiene miedo y tiembla, pero su voz suena pura, decidida. “A poco que hagamos las mujeres, se juzga exceso lo que hagamos”, dice Teresa cuando el fuego que abrasa su interior ha consumido todos los argumentos del Inquisidor. “Nos tiene el mundo acorraladas, mariposas cargadas de cadenas” recita Teresa cuando las palabras sin alma del Inquisidor no han bastado para doblegar su voluntad radicalmente libre, que sólo el tormento y la muerte podrían apagar ese ansia de elevación. Pero el Inquisidor no está dispuesto a llegar tan lejos: él es un hombre de seguridades, un puro de certezas inquebrantables capaz de hundir el mundo si así lo manda la ortodoxia, él cree que el sufrimiento se justifica si redime; pero él no va a llevar a Teresa a la hoguera, porque cree que su locura espiritual es ya una condena y que poco a poco se irá quedando sola en su Carmen Descalzo. Al final de la obra, el Inquisidor piensa que su decisión —dejar a Teresa sola con su “pequeño Dios”, para que sola muera— es un castigo terrible contra la monja rebelde, pero la única realidad es que Teresa y su espíritu indomable han vencido al Inquisidor.

Este es el argumento de La lengua en pedazos, una obra de Juan Mayorga que representó en Úbeda el 1 de octubre, con una interpretación sobrecogedora de Clara Sanchís y de Pedro Miguel Martínez.. Ha escrito Mayorga un texto bellísimo, que destila clasicismo y amor por la lengua y que contiene un mensaje demoledor, incómodo para los que nunca se cuestionan nada, un mensaje urgente y actual. La lengua en pedazos es una obra de temática religiosa, un intento de renovación eclesial —“la Iglesia ha de ser casa de iguales”—, un intento de hacernos ver que el único Dios verdadero es el que, estando entre pucheros, se enreda en la maquinaria de nuestra vida cotidiana y se nos hace cercano al corazón, un Dios pequeño que entiende las palabras pequeñas de nuestro día a día. Pero la obra de Mayorga es sobre todo un pregón de humanidad, una reivindicación del papel transformador de la mujer, una proclama a favor del derecho a dudar y del derecho a ser libres y a luchar por un mundo hecho a imagen de los justos. La lengua en pedazos sirve para estos tiempos negros en los que hay que defender el pan y la alegría de la furia de los inquisidores: “La lengua está en pedazos y es sólo el amor el que habla”. Es Teresa, que se dirige a nosotros, que estamos hechos pedazos, y se nos pone como ejemplo para que no escuchemos los cantos de sirena del poder, porque vivimos un tiempo en que “se llama desorden a lo que es espíritu”.

(MANUEL MADRID DELGADO, Diario IDEAL, 12 de octubre de 2012)

sábado, 13 de octubre de 2012

EL TEATRO UN AÑO MÁS





Un año más la obra está lista, el estreno es inminente. Murmullos emocionados flotan en el aire. La farsa se adorna con palabras hermosas, saineteras, dramáticas y cómicas. Los actores, nerviosos, saben que encima del escenario todo es verdad y que la última mentira, tal vez, se encuentra escondida en el patio de butacas.

Un año más gallitos carteles anuncian la temporada de teatro desde el frontispicio del Ideal Cinema. Tienen la reverberación ilusionada de la noticia, no por repetida menos mágica, de que ha llegado a Ubeda lo más real de su feria. Digo esto porque hace unos días me desconcertó leer en el periódico que a las nuevas generaciones de españoles, entre los que se incluyen algunos intelectuales, no les gusta el teatro porque no se lo creen. Parece ser que una obra de teatro les parece más increíble que una multimillonaria producción de cine llena de efectos especiales. Bien sabe el sabio que todo es posible y sólo los necios piensan que no.

Haciendo un ejercicio de comprensión, a mí me parece que lo que no se creen estos primos es el hecho teatral en sí mismo. Es decir, les parece una cosa poco racional que unas personas, a las que probablemente conocen, se suban a un escenario y les cuenten una historia, así por las buenas, delante de sus narices. Parece ser que esta cercanía provoca que la historia se vuelva inverosímil, Deberían darse cuenta de que lo más verdadero que tenemos, la vida misma, la llevamos pegada a la piel.

Me temo que en el mundo del espectáculo se ha descartado ya cualquier interés imaginativo en favor de la evidencia más insolente. El cine es esencial en mi vida, pero reconozco que el teatro me permite gozar más serena y seguramente más lúcidamente de las historias. Alguno de los mejores ratos que he pasado han sido en el Ideal Cinema viendo las obras de las compañías locales, porque me da lo mismo que los actores sean vecinos míos y que lo haya visto una hora antes del estreno atendiendo a su negocio o paseando por la calle, lo que verdaderamente me importa es el grado de pasión y de entrega que emplean en darle vida a sus personajes. Si además tenemos en cuenta que la única recompensa que tienen es que vayamos a verlos, esa verdad de la que hablo se hace a todas luces incuestionable.

¿No están ustedes hartos de tanta mentira? Llevamos meses, años enteros, metidos hasta el cuello en el fango de las falsedades. Por eso, déjenme al menos creer en algo fiable o mejor aún, comprémonos todos la entrada, sentémonos en nuestra butaca y creamos juntos en la mentira verdadera de una obra de teatro.

(LUIS FORONDA, Diario JAÉN, 4 de octubre de 2012)

jueves, 11 de octubre de 2012

LA CABRA (O ¿QUIÉN ES SYLVIA?)





Cuando el 10 de marzo de 2002 se estrenaba LA CABRA (O ¿QUIÉN ES SYLVIA?) en el Golden Theatre de Nueva York, Edward Albee revolucionó, una vez más, el panorama teatral del mundo entero. Porque su obra no iba a dejar indiferente a nadie: no podía hacerlo, tan abrasador era el tema que trataba. Ya en 1962 Albee había escandalizado al público norteamericano con ¿Quién teme a Virginia Wolf? y antes del estreno de LA CABRA había escrito, desafiante, que por fin había escrito la función que lo iba a expulsar del teatro americano, porque se trataba de una obra destinada a conmocionar y molestar a cierto tipo de gente. La obra sin duda causó resquemor en todas las mentes bienpensantes, pero conquistó arrolladoramente a los públicos y a la crítica y en 2002 se hizo con todos los premios que se entregan en Nueva York a la mejor función teatral, incluyendo el Tony, el máximo galardón teatral norteamericano. Y la obra fue candidata al Putlizer, que finalmente no le fue concedido a Albee, ganador del más prestigioso premio del mundo en tres ocasiones.

A partir de ese momento, la obra comenzó a girar por medio mundo, cosechando, a partes iguales, éxitos clamorosos y protestas de los espectadores más noños, que no podían soportar el reto lanzado por Albee, esa deconstrucción de la naturaleza humana de manera devastadora, absurda y provocativa. El más prestigioso crítico teatral británico escribió que se trataba de una obra potente y muy emocionante que lo había dejado hecho polvo.

En España, la obra se estrenó en 2005 bajo la dirección de José María Pou, que había traducido el texto de Albee al catalán y el español. Como había ocurrido en el resto del mundo, se convirtió en un éxito teatral arrollador. El propio Pou dijo que LA CABRA es “una gran lección de teatro, una de las tragedias más grandes de la escena contemporánea.”

Ahora, después de un intenso y encomiable trabajo de traducción desde la versión original, Juan Enrique García-Blanca y el Pequeño Teatro Ubetense le ofrecen al público ubetense una nueva versión de la obra más subversiva y demoledora del teatro internacional del siglo XXI. Una cita ineludible para los que aman sin convenciones ni prejuicios las grandes pasiones que se despliegan sobre las tablas del escenario.

(LA CABRA (O ¿QUIÉN ES SYLVIA?), de Edward Albee –en una nueva versión española de Juan Enrique García-Blanca Roa– se representará en el Teatro Ideal Cinema el próximo sábado 13 de octubre, a las 21:00 horas)

miércoles, 10 de octubre de 2012

EDWARD ALBEE





Edward Franklin Albee es uno de los gigantes del teatro contemporáneo. Nacido en Washington D.C. el 12 de marzo de 1928, con tan solo dos meses de edad fue adoptado por uno de los grandes ejecutivos del teatro norteamericano, Reed A. Albee, propietario de la cadena de teatros de variedades y salas de cine Keith-Albee, y por su esposa Francis. Sus padres le dieron una gran formación intelectual.

Comenzó su carrera literaria escribiendo novelas y poesía, pero pronto se decantó decididamente por el teatro. En 1958 estrenó en la República Federal de Alemania Historia del Zoo. Se trata de una obra simple y muy enigmática que trata sobre la enorme dificultad de comunicación entre los seres humanos. Se ha señalado con justicia que esta obra de Albee recuerda “la desoladora dramaturgia de Ionesco y Beckett”. Ese tono sombrío y esa influencia del teatro europeo estaría presente en sus obras cortas La muerte de Bessie Smith y La caja de arena, escritas entre 1958 y 1959.

Sin embargo, el primer salto a la fama le llegaría con El sueño americano, escrita en 1959, una obra negativa e incluso nihilista –James Baldwin la calificó como “una pesadilla”–, que critica sin piedad la capacidad de alineación de la sociedad estadounidense. En El sueño americano Albee saca a escena el genio agrio y polémico que le acompañará ya durante el resto de su carrera y denuncia como el sueño americano y el ansia de libertad individual son corrompidos por el culto a los ídolos creados por el capitalismo y por la mercantilización de la existencia. Con estas primeras obras, Albee introduce en los Estados Unidos el teatro europeo del absurdo, adaptándolo a la realidad y mentalidad de su país, y reiventa en la década de 1960 –así lo reconocen todos los críticos teatrales– el teatro estadounidense de la postguerra.

Pero la consagración definitiva le llegaría en 1963 con el estreno en Nueva York de ¿Quién tema a Virgina Wolf?, considerada con toda justicia como una de las obras cumbres del teatro de todos los tiempos. En esta obra crudísima Albee ridiculiza el matrimonio burgués con un lenguaje “feroz y punzante”, consiguiendo que su obra se convierta en una de las menos complacientes para con el público de toda la historia del teatro. Pero, con esa paradoja que está presente en todas las obras de Albee, su obra también mueve a la compasión para con los personajes, que es por extensión una compasión para con todo el sufrimiento humano: “El drama humano y psicológico en que se ven envueltas las dos parejas protagonistas mueven a cualquier espectador sensible, a pesar de la dureza de los diálogos, a contemplar la obra con un dejo de piedad.” La obra alcanzó tal popularidad internacional, que en 1966 se hizo una versión cinematográfica de la misma, protagonizada por Richard Burton y Elizabeth Taylor.

En 1967 consiguió su primer Premio Pulitzer con Un equilibrio delicado. El segundo le llegaría en 1975 con Seascape y el tercero en 1994 con Tres mujeres altas, una obra que había escrito en 1991. Para entonces Edward Albee era ya un autor de culto entre los amantes del teatro de todo el mundo, estaba considerado el mejor dramaturgo de su generación junto con Williams y O’Neill y uno de los mejores autores de los últimos cien años, todo ello sin renunciar nunca a la provocación que levanta ampollas en las mentalidades pequeño burguesas y a su carácter rebelde y agrio. Ingredientes todo estos que condensó de manera auténticamente sublime en LA CABRA (o ¿QUIÉN ES SYLVIA?) , posiblemente su obra más perfecta, más dramática, más intensa, más provocativa. Más humana.

lunes, 8 de octubre de 2012

EL FENÓMENO PENEQUE





Los Programas Oficiales de la Feria de San Miguel de las décadas de 1960 y 1970 dan una de cal y otra de arena: hay años en los que detallan minuciosamente toda la programación, y otros en los que al final del Programa, tras centrarse en las actividades”más importantes”, dice sencillamente que habrá circos, compañías de teatro y otras actividades. Así, si más. Por eso los Programas de Feria no nos permiten saber cuándo comenzó realmente la relación de Úbeda con Peneque "El Valiente".

Los títeres habían tenido siempre un papel destacado en la Feria de Úbeda. Desde muy antiguo y hasta la década de 1950 se mantuvo la función de títeres de “la Santa Borracha”, que tenía lugar cada atardecer de Feria primero a la sombra de los muros del monasterio de Santa Clara y luego bajo los soportales del Ayuntamiento Viejo. En la década de 1960 el Ayuntamiento comienza a “preocuparse” por ofrecer actividades específicas para los niños durante la Feria de San Miguel. Y a partir de entonces se programan fiestas consistentes en fuegos artificiales y elevación de “globos y fantoches”, comienzan a venir a Úbeda las Marionetas de Talio y el Petit Guignol. ¿Cuándo viene por vez primera Miguel Pino con su Peneque?

Miguel Pino había comenzado a ganarse la vida con sus títeres en 1959, cuando Peneque tenía su propio programa en una radio pirata de Villanueva de la Serena. Poco después, cuando se dio cuenta del potencial de sus títeres, él y su mujer, con su coche y sin una peseta, se ponían en la puerta de los colegios para actuar delante de los niños que salían de clase. Poco a poco, fue creciendo el fenómeno Peneque y en los años 70 era ya un clásico de las programaciones infantiles en muchos lugares de España. Poco antes de morir, en 2009, señalaba Miguel Pino –un “extremeño de porte aristocrático” afincado en Málaga desde muy joven– que “los programas que hacen hoy en la tele los hacía yo en la radio, y por ciudades y pueblos en directo, junto con las marionetas que participaban en el programa”.

A Úbeda, Miguel Pino debió llegar a comienzos de la década de 1970, aunque la primera vez que aparece recogido en el Programa Oficial de la Feria de San Miguel es en 1973. Ese año actuó, en funciones de mañana y tarde, en una barraca instalada en el Real de la Feria desde el día 29 de septiembre hasta el 4 de octubre. Para entonces, Miguel Pino organizaba ya espectáculos completos que incluían la función de títeres, el reparto de premios entre los niños o la actuación de payasos... En 1974, Miguel Pino volvió a realizar toda la Programación Infantil de Feria, también en el Real de la Feria. En 1975 y 1976, se repitieron sus actuaciones matutinas y vespertinas durante todos los días de Feria, en el Cinema Central (situado en la Calle Trinidad). En 1977 Miguel Pino y Peneque estuvieron presentes en la Feria de Úbeda los días 29 y 30 de septiembre y 1 de octubre, actuando en el patio del Hospital de Santiago, cerrado como centro hospitalario desde un año antes. En 1978 el patio del Hospital de Santiago sirvió, nuevamente, como centro de las aventuras de Peneque “El Valiente”, y Miguel Pino volvió a estar presente desde San Miguel hasta San Francisco.

Vienen después unos largos años en los que el Ayuntamiento transforma el contenido de la programación infantil, dejando a un lado el formato de espectáculos de la Compañía de Miguel Pino y apostando por cosas más innovadoras, como las funciones de cine infantil. Habría que esperar hasta 1992 para que Peneque volviese a Úbeda. En las actuaciones de entonces, el formato era básicamente el de la década de 1970: títeres, disfraces, regalos, payasos... Miguel Pino volvió a estar presente en las ferias de 1993, 1994, 1995, 1996 y 1999, en todas ellas con un mínimo de dos días de actuación. Y luego, otro paréntesis en que los niños de Úbeda no pudieron disfrutar de las aventuras de Peneque, hasta que en 2007 vuelve la Compañía de Miguel Pino, ya dirigida por sus hijos Miguel y Antonio. En 2010, 2011 y 2012 Peneque ha estado presente en todas las Ferias, repitiendo en los niños de Úbeda las mismas emociones que ya provocó en sus padres allá por la década de 1970.




Peneque “El Valiente” es un ejemplo perfecto de la versatilidad y universalidad de los títeres. Han pasado por él más de 50 años, y no ha envejecido, demostrando una capacidad asombrosa de adaptación: “son muchos los padres que se acercan y me saludan diciéndome que vieron a Peneque de pequeños, y hoy traen a sus hijos... ¡Hay algo más grande para un artista!”, señalaba el viejo titiritero en 2009. O tal vez ocurre que no es que Peneque se adapte a los niños sino que la infancia es, básicamente, la misma a pesar del paso de los años, tal y como señalaba Juan Pasquau al indicar que si la Feria y sus cosas son para los adultos repetición, son siempre novedad para los niños porque los niños son nuevos cada Feria. Esa es, tal vez, la lección última que podemos sacar de Peneque “El Valiente”: que la diversión de los niños no necesita de grandes artefactos ni explosiones tecnológicas, y que está garantizada con los malentendidos intencionados que provoca la Compañía de Miguel Pino y con los tarascazos que se pegan Peneque, el rey Fantasías, el profesor Tivolín o la princesa Linda, unos muñecos de cartón piedra que llevan divirtiendo a los niños de España desde hace más de cincuenta años al grito de “Peneque, Peneque, dónde te metes”.

El fenómeno Peneque ha hecho que con motivo del 50 Aniversario de su nacimiento, en 2009, el Rey, el Presidente del Gobierno y decenas de presidentes autonómicos y alcaldes de toda España se sumasen con sus felicitaciones al homenaje que Málaga tributó a Miguel Pino y a Peneque “El Valiente”, reconociendo el impagable trabajo que Miguel Pino había hecho para que “gracias a las aventuras de Peneque El Valiente el público haya podido descubrir en sus ciudades, pueblos y aldeas otros mundos imaginarios y de ilusión”, según reza la felicitación del entonces Presidente del Gobierno. El fenómeno Peneque se ha traducido, igualmente, en que su canción sea una de las melodías infantiles más populares del país, adaptada por decenas de bandas de música y agrupaciones musicales para sus pasacalles, y que el Títere Peneque –“una marioneta que es capaz de conmover corazones”– cuente con más de una docena de monumentos en toda España, uno de ellos en la vecina Quesada.

sábado, 6 de octubre de 2012

SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS





Dario Fo es un gigante del teatro contemporáneo. Autor y actor que bebe en las fuentes de la juglaría medieval, se ha destacado como uno de los dramaturgos más importantes de la historia y como uno de los más incómodos para el poder: paradigmáticas son sus proclamas contra la mafia, la Iglesia Católica, el poder político y la gran empresa italiana (sus obras eran constantemente censuradas en la televisión italiana de los años 60), que casi al unísono mostraron su malestar cuando en 1997 le fue concedido por la Academia Sueca el Premio Nobel de Literatura.

Obras suyas como Muerte accidental de un anarquista (1970), Aquí no paga nadie (1974) o Misterio Bufo (1998) se encuentran entre las obras cumbres del teatro de todos los tiempos. En SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS, Dario Fo bebe directamente en las fuentes poéticas de la Italia medieval y, como un cántico a los juglares y a su libertad creadora, exalta la figura del santo más representativo de la humanidad evangélica. Magníficamente traducida al español por Carla Matteini, Rafael Álvarez “El Brujo” rinde con esta obra un homenaje a Dario Fo, a quien considera su maestro como actor y creador y de quien aprendió ese amor por las grandes figuras clásicas, que son imperecederas por retratar la vida sin importar el paso de los años.

Sobre esta obra, que marca una de las cumbres interpretativas de “El Brujo”, dice el propio Rafael Álvarez:

Cada vez creo más que no existe la casualidad en esta vida. Sé que con este nombre a veces encubrimos algo que nosotros mismos sabemos que encierra un significado importante, pero extraño y nunca del todo descifrado. ¿Por qué razón yo acabé dedicándome al teatro si estudié Derecho y trabajé en tantas cosas diferentes antes de hacerlo? Dario Fo fue uno de los autores de mis primeros años; Tenía dos pistolas de ojos blancos y negros y Aquí no pasa nadie fueron obras en las que me formé como actor en aquellos primeros años. Esto es sin duda una “casualidad”, ya que viéndole actuar a él solo en el escenario descubrí lo que yo mismo quería hacer en el teatro: autosuficiencia. Poder ser el actor y la obra al mismo tiempo. ¡Ser un juglar! A él le oí utilizar esta palabra por primera vez con un significado especial y nuevo para mí.

Ahora el juglar de Europa se fascina con San Francisco de Asís, el juglar de Dios y como Oscar Wilde y tantos poetas benditos y malditos, se conmueve con la belleza y la magia de la película de Rosellini sobre él; se pone a investigar y escribe un monólogo fabuloso. Y a mí –juglar de España (al menos uno de ellos)– me toca representarlo por estos caminos que tan trillados tengo con los monólogos y los textos clásicos.

Pero esto es diferente. Este texto es un regalo de la Providencia como diría el Poverello de Asís, porque la verdad, está lleno de belleza, de ingenuidad y de candor pero con el punto inteligente y ¿pícaro? que sobre su figura aporta la investigación de Dario Fo.

En este momento una ráfaga de luz renacentista ilumina mi vida. Me encomiendo al Santo y también, ¿cómo no?, a Dario Fo. Los gallegos dicen “Dios es bueno y el diablo non es malo”.

Tan bien lo sabía el Santo que cuando lo apalearon los diablos por dormir varios días en casa de un cardenal, dijo que aquellos obraban por delegación del divino para poder impedir que él se acomodara y dejara el estrecho camino que se le había encomendado. Espero que algo de su fe en el poder redentor del AMOR y la BELLEZA nos toque a nosotros y a ustedes, el respetable público. ¡Verán que impresionante es esto!

Realmente el espectáculo es impresionante. Tras su estreno, Eduardo Haro Tecglen escribió en El País que “el espectáculo rebosa inteligencia.” Julio Castro, escribía por su parte en La República Cultural, que se trata de una “obra muy recomendable, especialmente para los seguidores de Darío Fo, pero también para pasar un rato divertido e interesante.” Y el crítico José Ramón Díaz Sande ha dicho del SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS que “La interpretación de Rafael Álvarez, El Brujo es, como en otras ocasiones, magistral y humana. Está muy lejos de ser un texto recitado al estar interrumpido, inteligentemente, por apostillas, anécdotas y alusiones actuales o cierta interacción con el público.”

(SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS se representará esta noche, a las 21:30 horas, en el Teatro Ideal Cinema)

viernes, 5 de octubre de 2012

PLENO DE ACTORES Y ACTRICES


En tiempos de Antero Guardia, los aficionados al teatro conocían a los actores bien por su propia condición de actores de teatro bien su participación en películas que veían en los cines de la época. En nuestros tiempos, es la televisión la que nos hace conocidos a los actores y a fuerza de ver a muchos de ellos en las pantallas que presiden nuestros salones casi casi los consideramos como de la familia. Por eso, las obras de teatro que cuentan con un plantel de actores “televisivos” suelen garantizarse una afluencia de público más que notable. Los “famosos” son un auténtico revulsivo para la taquilla, independientemente del contenido o sentido de la obra.

Por suerte, este viernes y este sábado la Muestra de Teatro de Otoño contará con dos obras de teatro excepcionales: excepcionales por su calidad artística y excepcionales por la nómina de actores famosos con que cuentan.



Esta noche, en el Teatro de SA.FA. y bajo la dirección de Yllana se representará EL APAGÓN (BLACK COMEDY), una de las grandes comedias de la temporada teatral en España. El cartel está copado por caras conocidísimas para el gran público. Tal vez la menos conocida de todas sea Carmen Barrantes, una jovencísima actriz que ha trabajado sobre todo en el teatro. No ocurre lo mismo con Aurora Sánchez, que se ha colado en las casas de los ubetenses gracias a series como Ana y los siete, El botones Sacarino y Lalola o películas como Clara y Elena. Pero donde Aurora Sánchez se ha labrado un merecido prestigio como actriz de primera línea ha sido sobre las tablas de los teatros de España, donde ha participado en docenas de montajes, algunos tan relevantes como La Casa de Bernarda Alba, Luna de miel en Hiroshima, Te quiero muñeca o Viento contra viento.

Paco Churruca también necesitó de la televisión para que sólida carrera como actor teatral (ha sido protagonista de obras como Crisis, Usted tiene ojos de mujer fatal o La ratonera) se viera compensada por el cariño del gran público. Y ello fue posible gracias a su presencia en series tan populares como Aquí no hay quien viva, Aída, La que se avecina, Hospital Central, El Comisario y, sobre todo, en Amar en tiempos revueltos, donde interpretaba al inspector Manzanares.

Diego Molero, que se autoproclama “cómico o actor de comedia”, ha jugado un papel importantísimo para convertir la versión de Tricicle de La venganza de Don Mendo en un éxito incontestable del teatro español de los últimos meses. Su rostro es conocido de todos por participar en series como 2 de mayo o Los 80, y sobre todo por su participación en El Comisario.

Y Thais Curiá es uno de esos rostros que forman parte del paisaje cotidiano de los telespectadores españoles. El Comisario, Jugar y Ganar, La vida de Rita, Los Borgia y sobre todo la popularísima Cuéntame cómo pasó son sólo algunas de la series en las que ha protagonizado destacados papeles.




Pero de entre todos los actores que conforman el plantel de EL APAGÓN, ninguno tan conocido (y querido) como Gabino Diego, que derrocha simpatía y profesionalidad. Forma parte del panorama cultural español de los últimos treinta años por su participación en películas tan relevantes artística o socialmente como Las bicicletas son para el verano de Jaime Chávarri, El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez, ¡Ay, Carmela! de Carlos Saura (por la que obtuvo un Goya), El rey pasmado de Imanol Uribe donde hizo una mítica interpretación de un joven Felipe IV, Belle Epoque de Fernando Trueba (ganadora de un Óscar), Los peores años de nuestra vida de Emilio Martínez Lázaro, El amor perjudica seriamente la salud de Manuel Gómez Pereira, La hora de los valientes del mítico Antonio Mercero (por la que obtuvo su segundo Goya) o por su papel como Cuco en las taquilleras versiones de Torrente de Santiago Segura. Por méritos propios, Gabino Diego es uno de los más reconocidos actores españoles de los últimos treinta años, y ya estuvo presente en Úbeda con Una noche con Gabino el domingo 26 de noviembre de 2006, haciendo que el público pasase uno de los ratos más divertidos que se recuerdan en el teatro ubetense de los últimos años.

Todo esto lo anterior por lo que respeta a EL APAGÓN.



Pero es que mañana sábado, en el Teatro Ideal Cinema, el público ubetense tiene una cita ineludible con uno de los grandes del teatro español de todos los tiempos: Rafael Álvarez “El Brujo”, que tiene sobre sus espaldas un número incontable de reconocimientos a su incansable e incontestable labor artística, de entre los que destaca la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. “El Brujo” no es nuevo en las tablas del Ideal Cinema. De hecho ha estado presente en nuestro teatro en multitud de ocasiones. Debía haber debutado en Úbeda el 28 de septiembre de 1992 con El Pícaro, aventuras y desventuras de Lucas Maraña, pero la obra tuvo que suspenderse en el último minuto (con el teatro lleno hasta la bandera) porque la escuadra de esgrima que participaba en el espectáculo consideró que el pequeño escenario del Ideal Cinema no reunía las condiciones necesarias para actuar con seguridad y el espectáculo tuvo que suspenderse: "El Brujo" tuvo que salir del Ideal escoltado por la guardia civil y entre los insultos airados de los espectadores que se habían quedado compuestos y sin brujo. Tras ese jarro de agua fría sobre el público ubetense, "El Brujo" debutó finalmente en Úbeda  el 30 de septiembre de 1995, cuando representó La sombra del Tenorio, de Alonso de Santos; el 5 de octubre de 1997, en una función antológica, representó el mítico El Lazarillo de Tormes de Fernando Fernán Gómez, una de sus obras más populares y celebradas; el día de San Miguel de 1998 El Contrabajo, de Süskind; el 28 de septiembre de 2003 representó Una noche con El Brujo; el 29 de septiembre de 2008 estuvo en el Ideal con Los misterios del Quijote; y el 3 de octubre del año pasado, en una representación realmente antológica, puso en escena El Evangelio de San Juan. Mañana, representará una de las obras que más han elevado su categoría de actor mítico: SAN FRANCISCO JUGLAR DE DIOS, de Darío Fo.

Ciertamente, la XVIII Muestra de Teatro de Otoño guarda todavía muchas pequeñas joyas, muchos regalos, muchas obras imprescindibles para el público ubetense.