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EUSEBIO CALONGE


viernes, 2 de noviembre de 2012

CRISTINA MEDINA, PEZ EN RAYA: REÍR POR REÍR





La sevillana Cristina Medina es una de las mayores actrices cómicas de nuestro país y su rostro se ha convertido en uno de los más conocidos por el gran público gracias a su participación en la serie “La que se avecina”. Sin embargo, antes de dar el salto a la pequeña pantalla Cristina Medina arrastraba ya una fecunda carrera artística.

En sus inicios había trabajado en el Centro Andaluz de Teatro o en compañías tan prestigiosas como TNT o Atalaya, dirigida por el ubetense Ricardo Iniesta. Su participación en el montaje del Miles Gloriousus de Plauto que en 1996 realizó TNT bajo la dirección de Juan Dolores Caballero le valió el Premio a la Mejor Actriz en la Feria de Teatro del Sur de Palma del Río y el elogio sin condiciones de Julio Martínez Velasco que dijo de ella en las páginas de ABC: “Punto y aparte merece el excelente trabajo de Cristina Medina, que constituye toda una revelación, un gozoso descubrimiento. Hace el personaje Palestrión, esclavo del militar (...). Y lo borda con una rotundidad excepcional. (...) Cristina Medina —tomamos nota del nombre porque esperamos de ella excelsas creaciones— no tiene nada que envidiar a ninguna actriz. Si el más ansiado premio es el aplauso, desde estas páginas bato palmas en su honor”.

En 1997 creó junto a Joan Estrader la Compañía PEZ EN RAYA, nombre extraño para una compañía teatral que remite a uno de los iconos del teatro de humor. Cuenta Cristina Medina que Estrader y ella eligieron ese nombre tomándose un café, “la primera vez que tuvimos que presentar una subvención. A los dos nos gustan los luegos, tres en raya es un juego, a Joan le gustan mucho los peces, pues Pez en Raya. Así de fácil.” Joan Estrader era uno de los jóvenes actores promesa del momento, que había ganado en 1996 el Premio al Mejor Actor en el Festival de Teatro Joven de Huelva y del que el diario alemán Süddeutsche Zeitung había dicho que es “irreverente, maravillosamente absurdo y simplemente brillante”.

Desde su creación en 1997 PEZ EN RAYA ha creado ocho espectáculos con los que ha recorrido los escenarios de medio mundo. “Costó mucho levantar la compañía, porque al principio nadie daba un duro por nosotros” ha dicho Cristina Medina, pero una vez consolidada la compañía ha cosechado el cariño de los públicos que se ríen a carcajadas con sus espectáculos, el elogio de las críticas y algunos de los más prestigiosos premios nacionales e internacionales. Entre esos premios destaca el Premio del público al Mejor espectáculo en el IX Festival Internacional de Humor de Madrid por Tápate (2003), Premio al Mejor Espectáculo de la Temporada en Bath y Winchester (Inglaterra) por Pésame Mucho (2003), Premio al Mejor Espectáculo en la XXI Feria de Teatro de Tárrega por Sólala (2004) o el Premio al Mejor Espectáculo en el XI Festival Internacional de Humor de Madrid por Sólala (2005).

La puesta en escena en el Teatro Ideal Cinema de LLORAR POR LLORAR supone el cuarto encuentro de PEZ EN RAYA con el público ubetense. Ya estuvieron presentes el 23 de octubre de 2004 con Pésame mucho y el 22 de diciembre de 2006 con Hot Burrito. Pero, sin duda, fue el domingo 29 de enero de 2006 —un crudo día de invierno: había nevado el día anterior y el domingo había amanecido con las calles llenas de nieve congelada— y en el Teatro de la SA.FA. cuando el público ubetense se sumó a la legión de fieles de PEZ EN RAYA: ese día, Cristina Medina ofreció con Sólala una de las horas más hilarantes e inolvidables de la historia del teatro ubetense. Todos los ingredientes de la compañía están presentes en LLORAR POR LLORAR (un espectáculo de humor, dosmor, tresmorrrrrr), tal y como ha señalado unánimemente la crítica nacional. En WOMANWORD han definido el humor de esta obra como “básico y construido con gracia y picardía, cargado de chiste, broma y chascarrillo. Bien hilado, irónico y teatral. Afilado y hasta inocente”. Adolfo Simón ha escrito en la revista digital “Qué revienten los artistas” que LLORAR POR LLORARes un placer para los espectadores porque en él se ríen de todo nos liberan de esa pose de respeto frente a los grandes investigadores del crimen, el circo espectacular, los conciertos heaves e incluso la danza contemporánea y lo hacen dos intérpretes en estado de gracia y disparate”. Un espectáculo absurdo, que arranca la carcajada absurda: “La trama es inenarrable, ni siquiera para el más cronista más ducho en la ducha. Digamos que está en la línea de Sin noticias de Gurb o de El labertinto de las aceitunas, las dos de Eduardo Mendoza”, según el blog de crítica teatral LA CLÁ

La crítica más completa de este espectáculo que hará las delicias de los ubetenses es la realizada en la SUITE 101:

«Sin duda, un hallazgo. Un espectáculo de clown que sirve en bandeja el titular: “Llorar por llorar... de risa”. En una producción muy cuidada para montar un “desmontaje”, una locura divertida como sólo dos niños-grandes pueden lograr, los actores Cristina Medina y Joan Estrader, quienes se complementan en una hábil parodia de un policiaco “transmitido” por Radio Misterio. Joan es un divertido partenaire y Cristina la mujer orquesta que alterna con muchos personajes, todos muy divertidos.

Hay dos títeres muy bien elaborados por Martí Doy, una brillante dirección de David Sant a través de una puesta en escena aparentemente descuidada para dos que, al mejor estilo del Gordo y el Flaco lo rompen todo y de todo hacen cabriolas divertidísimas. Son gente de teatro con mucha experiencia y notable formación felizmente volcada en la busca y captura de un teatro que provoque carcajadas.

La galería de personajes es muy rica en Cristina Medina, tanto si hace de chica o de chico. Por ejemplo, la china del cabaret, entre magias y despiporre; la amante de la víctima, femme fatale como pocas, o un cantante de rock en una secuencia por demás ingeniosa, eso sí, “marcando paquete”.

La producción de LLORAR POR LLORAR es de Pez en Raya, Compañía “cataluza”, que tiene en su haber muchos premios a causa de considerar excepcionales las cómicas situaciones urdidas por sus hacedores. El director David Sant es un catalán afincado en Londres desde 1993, donde ha desarrollado estupenda carrera teatral. Entre todos y en perfecto castellano, más gestual que hablado, aunque con diálogos disparatados y deliciosamente payasescos, una función que enseguida se echa de menos, con una brevedad que invita a la nostalgia y al deseo de que vuelvan pronto con un show mucho más largo

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